Toda vida finita llega a su final. Mientras tanto, tiene no pocos parones menos dramáticos.

Por la llegada tal vez próxima de alguien muy querido para mí al primero, este blog y el resto de los que me llevan por la red sufrirá uno de los segundos.

Volveré a escribir, pero cuando sea menester.

Gracias.

Mak

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